domingo, 20 de septiembre de 2015

La independencia, pues depende

Así con la tontería, ya hace tres años que Artur Mas, nuestro King Cold particular, aquél de los recortes en sanidad y educación, aquél que no movió un dedo cuando los antidisturbios se dedicaron a compartir su amor y pasión con los indignados, se tropezó con un millón de personas por las calles de Barcelona y se pegó un golpe tan fuerte en la cabeza que olvidó para qué había sido enviado a nuestro planeta.

Al despertar con la visión de tantas banderas ondeando, se nos hizo indepe, y el resto es historia.

"¡PODEEER... ILIMITAAAAD...! Ehem... Amb il.lusió!"

A lo largo de estos treinta y seis meses hemos asistido a un giro dramático en su estilo de política, en el que los recortes han sido sustituidos por una sorprendente nueva preocupación por escuchar la voz del pueblo y hacerla oír en elecciones anticipadas, consultas y otras nuevas elecciones para que no se nos agarroten los músculos encargados de echar una papeleta en la urna. Y yo no me quejo, un día más de democracia es algo agradecido (con el próximo domingo ya serán nueve días en siete años desde la mayoría de edad, ¡bien! ¡viva la soberanía del pueblo!). 

Mientras tanto, nuestro amigo se ha dedicado incansablemente al servicio de nuestra futura nación, acometiendo políticas como... eh... pues... 

¡A lo que íbamos! Que el pasado 11 de septiembre un millón y medio de personas festejaron la diada en Barcelona con ilusión, y sonrisas, y la esperanza de un futuro mejor, y yo les envidio mucho. Porque saben claramente lo que van a votar la semana que viene, saben qué es lo que quieren con tanta claridad que yo no puedo más que sentirme Spock cuando, rodeado de banderas y camisetas blancas e ilusiones, no soy capaz de entender el por qué de su agitación.

A ver, entiendo el argumento: el pueblo que comparte idioma y tradiciones culturales, ninguneado por un gobierno cutre y rancio que según el criterio de cada uno no cumple las expectativas de los catalanes como gobierno de un estado plurinacional, o es porque nos deben pasta, o simplemente es porque no dan la talla ni como gobierno ni como seres humanos. 

Porque de eso se trata, ¿no? A efectos prácticos la independencia consiste en que dejen de gobernarnos unos "de más allá" y pasen a gobernarnos otros "de más aquí", porque Cataluña seguirá en el mismo sitio de siempre, a la misma distancia del bocata calamares de la que está ahora, con su misma gente, su misma cultura, su mismo idioma y sus mismas tradiciones. Pero vaya, que lo mismo me equivoco, que estos de la Unión Europea se ve que son bastante chungos.

 La nueva ubicación de Cataluña cuando nos expulsen de la UE
y de la Tierra. En la cara oculta, para no molestar a los fachas enamorados.

Entonces, en esencia, ¿cuál es la esperanza que mueve a tanta gente a salir a la calle? Hombre, alejarse de las zarpas de Rajoy ya es de por sí motivo de jolgorio, vale. Tener la seguridad de que por una vez vas a poder salir a manifestarte sin que te partan la cara, también. Pero, a parte de eso... ¿Qué? Vale, sí, los catalanes podremos decir "soy catalán"... pero eh, un momento, ¡eso ya se puede decir! ¡De hecho, acabo de hacerlo!

Total, que no tengo ni idea de si quiero o no la independencia. Supongo que porque tengo algún defecto de fábrica y sigo sin entender el nacionalismo, pero sobre todo porque en las entrevistas, los debates y las toneladas de bilis de los periódicos españoles (iba a decir "de derechas", pero eso sería redundante) no se cuestionan prácticamente nunca las siguientes preguntas:

a) ¿Qué tipo de estado tendremos después de la independencia? 
b) ¿Qué clase de sistema político? 
c) ¿Qué modelo económico? 
d) ¿Cómo se escribirá la constitución, y quién moderará el proceso? 
e) ¿Cómo serán las leyes y las (respiro hondo) "fuerzas del orden"? 

Porque me huelo que si gana Junts pel Sí, la respuesta a estas preguntas sería: 

a) Un estado "moderno", "como los de Europa".
b) Un sistema de democracia representativa, "de toda la vida". 
c) Un capitalismo neoliberal solo que con gestión "propia" de nuestros impuestos.
d) Un proceso guiado por el grupo que gane estas elecciones, en el que la constitución será redactada por una élite intelectual y luego se nos dará a votar el bloque entero. 
e) Lo de siempre, de los creadores del caso de Patricia Heras o Esther Quintana. 

Pues no sé a qué viene tanta il.lusió. Entiendo que vivimos en una cultura estéril intelectual y creativamente, pero joder, ¿de verdad no se van a cuestionar estas cosas a la hora de crear un estado totalmente nuevo y nuestro? ¿Nos vamos a limitar a coger la plantilla y hacer la misma mierda de siempre? ¿En serio nadie se acuerda ya del 15M?

 Ja, ja, ja, qué locuelos estábamos por aquellos tiempos...

Ya no pido cierta creatividad o espíritu crítico, sino aprender de los errores.

La democracia representativa ha sido una patraña en la que el ciudadano de a pie no tiene voz alguna y ni siquiera el programa electoral sirve como contrato, así que nos limitamos a escoger fachada y tendencia ideológica (si es que nos la creemos). Llevamos ocho años de crisis económica y hasta ahora nos hemos resignado a esperar a la siguiente (que vendrá), con gente que gana cada vez más pasta (porque ganar mucha pasta es cool) y gente que cada vez lo tiene más crudo. La constitución española no solo es inamovible, sino que ha sido un colador gracias a sus evidentes contradicciones y agujeros de guión (uno empieza leyendo "la soberanía reside en el pueblo" y llega al final del texto sin saber exactamente cómo) y hemos tenido a hooligans infiltrados en un cuerpo destinado a protegernos con derecho a usar la violencia impunemente.

Así que si las respuestas fueran, por ejemplo, una cosa así: 

a) Un estado que se atreva a innovar sin miedo e ir más allá de la típica papanatería del "me copio del vecino que tenga el televisor más grande". 
b) Un sistema de democracia participativa o directa con un control estricto de los ciudadanos a sus "representantes". 
c) Un modelo económico que, como mínimo, limite mucho las desigualdades y garantice trabajo, vivienda y necesidades básicas para todo el mundo. 
d) Un proceso participativo y fluido en el que todo ciudadano pueda aportar sus ideas con opción a elegir entre suficientes opciones. 
e) Unas leyes justas e iguales para todos (de verdad, sin tasas judiciales prohibitivas ni aforados ni puñetas), a voluntad del pueblo y con una policía controlada y que no se pase por la punta de la porra los derechos humanos.

Entonces esto ya es otra cosa y tendría motivos para salir a la calle a reivindicar la república catalana como el que más y votar que sí a la independencia con total seguridad.

Pero lo único que queda claro, después de ríos de tinta y discusiones vacías, es que el nuevo estado... se llamaría "Catalunya". Y ya está. Igual hay más chicha en los programas electorales, pero no se habla de esto por ninguna parte. Solo la CUP se atreve a ponerlo sobre la mesa. En cambio, de lo que se discute en debates y tertulias, en artículos de opinión y noticias de uno y otro bando es sobre "sentirse de aquí o de allí", sobre "ruptura social", sobre si somos más o somos menos, sobre el chantaje de unos y de otros... Vamos, sobre un montón de nada.

 Representación gráfica del centro de las discusiones que se están
llevando a cabo en los medios de comunicación (y estructura cerebral).

Así que, en definitiva, sigo sin tener ni idea de si quiero la independencia. No sé si me interesa que Cataluña se independice, no se si me interesa seguir dentro de España, no sé si ganará el sí y dentro de tres meses ganarán las "fuerzas del cambio" en el resto del estado y lo mismo en un par de años nos quedamos con cara de idiotas cuando España sea la hostia y Cataluña un "estado europeo de los de toda la vida" con sus desigualdades sociales y su cultura competitiva y sus caras de mala hostia.

Si es que algún cambio es posible. Porque Europa parece que no nos va a dejar hacer nada, ni dentro ni fuera de España, que es ahora mismo el mayor problema al que nos enfrentamos todos y todas. Pero bueno, sigamos discutiendo sobre nada.

Quizá lo de irse a la cara oculta de la Luna no sea tan mala idea. Yo si eso voy tirando, y vosotros ya vendréis con el nombre que queráis.

2 comentarios:

  1. David, lo que no entiendo es cómo te estas perdiendo el pedazo de programación que están dando en TV3, ese pedazo miting de PESOE/PSC, lo que venga hasta la 19:00 en lo que se etiqueta como "Espai informatiu compensatori". Bueno me han gustado tus comentarios "comulgue o no comulgue" con ellos. Tots volem un canvi. Això està clar. Una societat més participativa també ens aniria be i aixó sembla que ja s'està conseguint.

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    1. He estat fora tota la tarda, espero poder recuperar-ho al web! A veure què diuen...

      Jo crec que la societat ha de ser molt més participativa perquè tothom pugui defendre els seus "interessos" per així dir-ho i que la societat avançi molt més ràpid del que ho fa ara i sigui de pas molt més justa. Entenc però que cal també un canvi cultural en aquest sentit que poc a poc ja s'està donant.

      Gràcies per comentar! ;)

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