sábado, 7 de octubre de 2017

España y Cataluña no existen


Esperaba no tener que escribir algo tan obvio, pero veo que a la gente se le empieza a ir la cabeza y no es plan. 

España y Cataluña NO existen. Las etiquetas "catalán" o "español" no clasifican algo real. Son categorías abstractas que se usan para designar a los habitantes de una parcela arbitraria de tierra y que, en principio, se someten a una serie de leyes comunes por voluntad propia o por la represión a la que se ven sometidos por aquellos que acatan dichas leyes.

Podría alguien argumentar que existen para señalar identidades y formas culturales, pero ni con esas. Podéis nacer o vivir en cualquier parte del mundo y llegar a hablar y entender tanto el catalán como el castellano siempre que no tengáis una afasia en el área de Broca o de Wernicke, los centros cerebrales de la producción y la comprensión del habla en el cerebro humano. Igual que podéis participar en todas las tradiciones si contáis con las habilidades motoras pertinentes intactas.

Sois puñeteros homo sapiens, con diferencias genéticas insignificantes. Ni siquiera hace falta que nos vayamos a buscar un parentesco lejano en común, porque hay catalanes y españoles que llevan solo una o dos generaciones en cada uno de los territorios, así que cuando alguien menciona a “los p***s catalanes” o “los p***s españoles”, y recordando que lo están haciendo a conceptos arbitrarios que carecen de esencia propia; probablemente estén llegando al final a oídos de alguien que pertenecía al otro territorio hace escaso tiempo. De hecho, si un cretino del otro bando os ofende, eso no significa que el resto de individuos que de forma arbitraria comparten esa categoría en la que os habéis decidido fijar tengan las mismas propiedades de "cretinismo" que él. Es más, probablemente, por proximidad, la mayoría de la gente que en algún momento os haya jodido la vida habrá sido de vuestro propio lado de la línea imaginaria.

Dicho todo esto, si aún tenéis ganas de poner peros, recordad que la independencia o no de un territorio no separa físicamente dicha parcela de tierra del otro lado, ni prohíbe a nadie cruzar de un sitio a otro; a no ser que haya gente que lo impida en nombre de leyes ridículas, que por cierto no son reglas divinas, sino que las escribe alguien con intereses particulares. Pista: esos intereses particulares, a no ser que seáis personas montadas en el euro, no son los vuestros. Lo único que cambia sustancialmente, y que puede interesar a una persona de bolsillo modesto, es a qué instituciones va a tener que someterse mientras viva en dicho territorio, y cómo han decidido estas que se van a distribuir los recursos del lugar (incluyendo la opción de que se los lleven fuera).

Si las cosas fuesen de otra manera, y tantos unos como otros tuvierais derecho a decidir de forma directa sobre las leyes y decisiones colectivas, nada de esto importaría. Pero como (n)os han colado que elegir entre grupos sectarios cada cuatro años es el único impacto social que nos vamos a ganar en la vida, importa solo porque significa que vuestro destino en el futuro estará ligado al nivel de retraso mental y cultural que alcancen las élites económicas de vuestra parcela, que son las que finalmente tomarán todas las decisiones. 

Dicho lo cual, podéis seguir peleándoos con los del otro lado, sea por mantener vuestra identidad ficticia a salvo, sea para crearos una "nueva". Mientras, esa misma élite seguirá sentadita en su sillón preferido viendo como vosotros, la carne de cañón de un lado y de otro, os insultáis u os metéis de hostias (seáis civiles o guardias civiles) sin que se les caigan los dientes ni los anillos, que, si las cosas se ponen feas, se llevarán a otra parte. Casi que mejor podríais creeros Power Rangers, que al fin y al cabo los hay de muchos colores, y todos contentos.

Y ahora, como igual nos hemos puesto muy serios, ¡pasatiempo final! 

Coged la foto que encabeza esta entrada y, sin buscar ninguna referencia, delimitad los bordes de vuestro estado (o lo que queréis que sea vuestro estado). Pensad que a la que os desviéis un poco de lo real, estáis enviando a miles de personas al otro lado, ¿eh? Joder, pueden ser objeto de vuestro enfado o no al mismo tiempo. Los cretinos de Schrödinger. La solución, abajo.

¡Hala, a disfrutar!

Solución: Uníos por vuestros derechos colectivos. Ah, ¿creíais que hablaría del pasatiempo?

3 comentarios:

  1. Creo en la identidad nacional como interpretación de lo que surge del territorio.

    Como con la defensa de los derechos colectivos, no creo en lo que surge de las élites.

    La arbitrariedad de mi situación no veo que me exima de participar e implicarme.

    Gracias por el blog!

    Se disfruta.

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    1. Me parece correctísimo, se trata de no perder la perspectiva. Gracias por comentar! :)

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  2. https://www.youtube.com/watch?v=FvqSYbg1-EI&t=233s

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